miércoles, 16 de mayo de 2007

Hipermedios, modernidad y posmodernidad

Otra forma de describir las divergencias entre la modernidad y la posmodernidad es observando el desarrollo de las herramientas de comunicación y distribución de conocimiento. Se ha vinculado la modernidad con el desarrollo de la imprenta como un mecanismo que permitió una nueva forma de distribución masiva de las ideas: el libro impreso. El libro, previo a la invención de la imprenta, era resultado de un trabajo artesanal que requería de meses para producir un solo tomo. La imprenta transformó los canales de distribución, generación y discusión de las ideas.

Marshall McLuhan, autor conocido por acuñar el término "aldea global", relaciona el pensamiento cartesiano, lineal, analítico y positivo, con la forma de escribir y leer los libros impresos. Marshall McLuhan es contemporáneo con otros pensadores, muchos de ellos de herencia francesa, vinculados a la emergencia del posmodernismo; Jacques Derrida, Jacques Lacan, Claude Lévi-Strauss. Todos ellos centran sus análisis en el uso del lenguaje, la forma de produccción de textos, su relación con el pensamiento y la racionalidad. La ruptura del pensamiento racional se puede apreciar en el cambio radical de Ludwing Wittgenstein, que perteneció al Círculo de Viena defensor del racionalismo a ultranza, a explorar el carácter lúdico del lenguaje acuñando el término de "juegos de lenguaje".

El avance tecnológico especialmente en la computación, bien vislumbrado por McLuhan, se correlaciona con la ruptura de la racionalidad platónica y cartesiana, defendida por el pensamiento moderno. Y se busca de manera específica un modelo de producción de ideas más "isomórfica" al proceso natural del cerebro humano, más vaga, conexionista, basado en el significado, contextual. Los avances en el desarrollo del software y de internet, permitieron la creación de lo que se conoce como hipertexto, que según Alejandro Pisticelli (2005), da nombre a una idea, es decir, a un sistema que pudiera resolver dos problemáticas: un sistema automático de organización de la información, por un lado, y un afán enciclopédico e integrador de todas las redes de conocimientos, por el otro.

Según Pajares Tosca (2003) el hipertexto puede caracterizarse como una estructura de base informática que hace posible, a través de enlaces, la conexión electrónica de unidades textuales (dentro de un mismo documento o con otros) y que requiere de la manipulación del lector. Básicamente la estructura superficial de internet es hipertexto. Como toda tecnología, la creación de hipertexto en un inicio sólo pertenecía a los ingenieros, con la masificación de internet y el desarrollo del software, la creación de hipertextos se encuentra en manos de los millones de usuarios de internet. Una de las más recientes aplicaciones son los denominados weblogs, blogs o bítácoras.

Un blog, en esencia, es un portal web más o menos interactivo que publica breves reseñas comentadas, y que es actualizado de forma frecuente. A diferencia de los sitios web o portales que pueden ser impredecibles con referencia al contenido y a al estructura, los blogs tienden a tener elementos muy distintivos, ya que contienen mensajes, permiten comentarios de los lectores, están indexados, se presentan las publicaciones más recientes, etc. El portal de blogs más conocido es Blogger.

Ejemplos de algunas bitácoras:
Los temas de publicación son infinitos; ya que dependen de la cantidad de creadores que existan en la internet. Lo más poderoso de las bitácoras es su capacidad de establecer redes sociales de manera virtual.

Bibliografía basada en átomos:

Piscitelli, Alejandro (2005): Internet, la imprenta del Siglo XXI. Barcelona: Gedisa.
Pajares Tosca, Susana (2004): Literatura digital. El paradigma hipertextual. España: Universidad de Extremadura.